La tecnología de las luces y los láseres ha adquirido una gran relevancia en el ámbito médico en los últimos años, gracias a los avances en su desarrollo. Hablemos de IPL.
Aunque el láser fue descubierto a principios del siglo XX, su aplicación en piel se inició en 1963 y, desde entonces, ha evolucionado significativamente.
¿Cómo funciona?
Estos funcionan debido a que la luz es absorbida por moléculas como la melanina y la hemoglobina, transformándose en energía que permite tratar diversas afecciones cutáneas sin dañar las estructuras subyacentes.
Un ejemplo notable de un sistema de luz no ablativo es la luz intensa pulsada (IPL), que se utiliza principalmente para tratar lesiones pigmentadas, acné, rosácea y arrugas finas.
A largo plazo, el tratamiento con IPL ha demostrado ser eficaz para mejorar no solo la apariencia, sino también la textura y el tono de la piel.
¿Cuándo se ven los resultados de IPL?
Para lograr resultados óptimos, generalmente se requieren varias sesiones, espaciadas entre 20 y 30 días.
Los efectos secundarios más comunes incluyen enrojecimiento y ligero edema y es fundamental tomar precauciones post-tratamiento para evitar complicaciones, como cambios en la pigmentación de la piel a largo plazo.
Es importante señalar que antes de realizar cualquier procedimiento, es esencial llevar a cabo una evaluación exhaustiva del paciente y establecer un protocolo adaptado a sus necesidades.
Solo un médico capacitado debe realizar estos procedimientos, asegurando así la atención adecuada y el manejo de posibles complicaciones.
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